Pendientes llamativos con reina egipcia

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Egipto sobre en la pasarela: una historia de amor

En cálculos nunca en la vida definitivos pero que denotan tendencias evidentes, entre las inversiones en decenas de pinturas protagonizadas por la reina destaca su suicidio como ellas hecho más representado cuando tiene que recrear su vida. Relacionado con nuevo, suele representarse an una mujer desnuda, algunas veces con restos de indumentaria que la asocian cuidadosamente lo oriental. Nada en comparación a ver con lo en comparación a dice Plutarco y dispuso Cleopatra sobre el cuadro de su muerte, correctamente diseñado por ella. Arriba este sentido, y ninguno lo discute, la majestad egipcian eligió la mordedura del áspid para en comparación a le provocara un pena menor y pidió con sus fieles sirvientas en comparación a la ataviaran como an una reina. Sin proceder, Cleopatra debería simbolizar en presencia de todo a la reina de un Estado poderoso, que exhibía las herencias faraónica y ptolemaica.

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Seguiremos recreando la biografía de alguien que reinó en Egipto, de algunos de cuyos episodios nos servimos interesadamente para defender o criticar nuevos modelos de lo femenino. Como historiadora debo reconocer que la batalla por reconstruir la verdadera historia de la reina quizá está perdida, porque no es fácil ir más allá de un invención intemporal de lo débil. La antigua reina sobre Egipto fue derrotada inequívocamente, pero el personaje goza sobrevivido y su gloria ha sido la permanencia a través del periodo. Dentro del pasado y sobre el presente, y probablemente para bien, hemos ente incapaces de sustraernos de la carga simbólica sobre lo femenino o sobre determinado modelo de hembra que encubre el apodo de Cleopatra, la soberana del Nilo. Desaparecido César, buscó luego la acuerdo con Marco Antonio, estableciendo una relación que constó marcada por las ausencias de Egipto y rubro humillaciones a la soberana.

Tras esta fecha, él ya nunca regresaría con su esposa romana y acabó casándose con Cleopatra, compartiendo el suicidio en el año 30 a. En estos años, continuaron su relación amorosa y nació su tercer hijo, Ptolomeo Filadelfo.

Ambos disfrutan de felices y copiosos banquetes sobre ambientes dieciochescos, poco en comparación a ver con los palacios alejandrinos de la Veteranía, cuyos restos hoy se hallan sepultados bajo el océano. Más curiosos resultan incluso los retratos del cielo XIX, vinculados an eslabón romanticismo atraído, a períodos cautivado, por un Este que finalmente denigra con el fin de alimentar su identidad sobre sociedad civilizadora y cultivado. En estos casos, Cleopatra aparece semidesnuda o respetuosamente velos transparentes que dejan entrever la belleza sobre un cuerpo que el identifica con las esclavas vendidas por mercaderes, presentados como viejos detestables.

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Pero junto al interés de la literatura o la historia, o pseudohistoria, es curioso de qué modo el pintura occidental recrea episodios de la vida sobre la reina egipcia. A excepción de la Virgen María, ninguno personaje femenino histórico adquirió tal protagonismo, si adecuadamente las escenas de la vida cotidiana, su punto de gobernante o la muerte nada tienen en comparación a ver acerca de la realidad en comparación a pretenden recrear. La sensación de mujer apasionada, concubina de los placeres por otra parte del lujo se plasma en obras muy diferentes en el tiempo, sin embargo hacen su aparición sobre la llamada época moderna. En este sentido, resultan muy ilustrativos los tapices que aún hoy cuelgan de las paredes de el palacio veneciano de Verbosidad, que en su instante elaboró Giovanni Battista Tiepolo, concretamente en los años La despreocupación por la rigor histórico se prototipo en la representación sobre una Cleopatra ataviada respetuosamente los ropajes de esta es una aristócrata europea del cielo XVIII, al igual en comparación a su compañero Marco Antonio.

El general romano había llegado hasta la país de los egipcios persiguiendo a su adversario Pompeyo, quien fue asesinado en las tierras de el Nilo. Finalmente intervino sobre asuntos internos del dominio, conoció sus riquezas por otra parte le impresionó su conocimientos, gracias a la útil labor de Cleopatra. Nadie hay duda de el relación amorosa entre uno y otro, de la que nació el primogénito de el reina, llamado Cesarión.

Al margen de los mismos hechos, finalmente acabaron sellando una firme alianza sobre trascendencia política, a pesar del tinte amoroso que habría marcado la unión entre el romano y la egipcia. En realidad, la pasión que supuestamente enloqueció an uno y an otra empieza en el año 41 a. C., cuando la reina se presenta de manera espectacular en un barco, ataviada como Afrodita que va al encuentro de Dioniso, tan del gusto de Marco Antonio según describe Plutarco en la biografía del político romano. Los hechos sucedían en la ciudad siria de Tarso, en Oriente, desde donde se marcharon an Egipto para dedicarse an una vida frívola, marcada por la búsqueda de los placeres. De este primer encuentro nacieron los gemelos Cleopatra Selene y Alejandro Helios.

En cualquier caso, la estrategia política de acercamiento a Roma por parte de la reina egipcia resulta evidente. El sobrio tocado khat portado por Tiy en esta talla se complementaba no solo con los pendientes, también se remataba con la figura de dos cobras que rápidamente se erguían sobre el frente de la majestad. Estos elementos se aprecian fracturados y de rutina muy parcial, aunque existen hoy en dia Rayos X permiten reseguir los cuerpos ondulantes relacionado con estas serpientes de dinero, que rápidamente se prolongan por el parte alta de el cabeza.

En este sentido, ha de reconocerse que en la historiografía moderna los estudios realizados sobre la reina, salvo algunas excepciones, como pueden ser la de Michael Grant, rara vez se sustraen a visiones impregnadas de valoraciones subjetivas en los que los historiadores, en mayor número que las historiadoras, evidencian su temor al poder femenino simbolizado por la reina, como en su momento hizo el conocido y respetado Ronald Syme, magnífico investigador, sin duda, pero hombre impregnado de prejuicios patriarcales, como varón de su tiempo, que reconoció la manipulación de la biografía de la reina egipcia en los textos de los autores grecolatinos. Según testimonios de la época, que se han reproducido hasta la saciedad, Marco Antonio no podía evitar la pasión que le inspiraba Cleopatra. Por ello, promovió un reencuentro que se produjo en los años a. Ciertamente, también precisaba la riqueza y las tropas de Egipto para su proyecto político y militar, que no era otro que disputarle el control de Roma a su pariente Augusto.

Respetuosamente esta unión, evidentemente, el reina pretendió un aproximación a Roma y a su hombre más poderoso de el momento. Igualmente, a César, Cleopatra debió de causarle una notable impresión, también de alumbrar un nacido suyo, porque la invitó a visitar Roma, acogiéndola en una de bajo casas. Cierto es en comparación a también lo hacía respetuosamente otros reyes o jefes hombre público.

Oriente ha sido derrotado cuando se exhibe el cuerpo inerte de una mujer que poco se vincula con un personaje poderoso, pero que aún muerta recuerda que fue atractiva. Por ultimo, quizá el retrato en comparación a intenta presentarnos an un auténtica reina, con ellas afán de reconstruir existen hoy en dia episodios menos conocidos relacionado con su biografía y relacionado con comprender sus decisiones políticas, se encuentra en el novela pseudohistórica de Margaret George Memorias de Cleopatra, más útil que montones de de los trabajos firmados por prestigiosos historiadores, cuya lista es larga relacionado con enumerar, ya que las inversiones en biografías empiezan an elaborarse dentro del siglo XIX también continúan hasta la novedad. Por las páginas relacionado con historiadores como E. Braford, M. Clauss, M. Chauveu, M. Grant, M. Hamer, L. Hughes-Hallett, P. J. Jones, D. E. Superviviente. Kleiner, P. M. Martin, M. Peryramaure, C. Schäfer, J. Tieldesley, H. Volkmann u O. von Wertheimer, entre otros muchos, desfilan varias versiones de el vida de la majestad que revelan la atracción por el personaje y la dificultad para plantear de forma rigurosan una recreación histórica de su biografía.

Nada se dice de que paseó madre de cuatro familia y de que, con antelación de morir, su ceguera fue poner an indemne sus vidas, lo en comparación a no consiguió con la amado Cesarión. Por la estrepitoso fracaso en el guerra que, arriba relacionado con Marco Antonio, mantuvo cuidadosamente Augusto, se ha criticado su afán excesivo sobre poder.

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